Somos bombardeados por decenas de productos dietéticos a diario con los que podemos tener un abdomen plano rápidamente; con milagrosas dietas con las que sin duda, obtendremos unos abdominales como los de Cristiano Ronaldo; o con métodos de entrenamiento revolucionarios para los cuales conseguir un abdomen plano es poco más difícil que hacerse 10 sentadillas con nuestro propio peso.
Sea como fuere, la realidad que hay detrás de todos estos reclamos, son campañas de marketing muy bien orquestadas que tratan de captar nuestra atención para vender y vender más.
Sí, posiblemente todos esos métodos funcionen en mayor o menor grado, pero ni mucho menos con la efectividad prometida. Conseguir un abdomen plano no es algo que se pueda conseguir de la noche a la mañana, o al menos la mayoría de los mortales que lo intentan.
Volvemos a lo de siempre. Si hay algo universal en el deporte, es que no hay nada universal. Valga la paradoja, lo que quiero decir con esto, es que no se puede establecer analogías respecto a los resultados que determinados sujetos experimentamos al tomar X o Y. Cada cuerpo es un mundo y reacciona de una forma diferente al entrenamiento.
En parte, esta situación es bonita, en cuanto a que es un proceso de auto descubrimiento que debemos pasar para descubrir qué nos funciona y qué no nos funciona. Aunque es bonito, es un proceso costoso, y está lleno de momentos difíciles donde maldeciremos a nuestra genética y/o fuerza de voluntad porque no somos capaces de evolucionar.
Sin duda, para mí, sería más sencillo prometeros que conseguir tener un abdomen plano es cuestión de estar un mes a dieta y haciendo ejercicio. Pero no, habrá a gente que esto le funcione porque tenga un nivel de preparación y de constitución física adecuado para que este método en tan poco tiempo, le sea efectivo. Que a unos pocos les funcione, no significa que a todos nos sirva.
Por lo que, aunque alguno de los testimoniales nos muestren casos exitosos de sujetos que siguiendo un determinado caso (sin entrar a cuestionar la veracidad o no de dicho testimonio), no nos tiene que servir para poco más que una referencia. Que es interesante que a un número determinado de sujetos le funcione, seguro. Que eso significa que a nosotros nos va a funcionar; en absoluto.
La próxima vez que veamos publicidad de tal signo, sólo os pediría que fueseis más cautos a la hora de juzgarla. Tener un abdomen plano, definido, rocoso o como buenamente queramos, no es una tarea que se pueda conseguir con una determinada fórmula milagrosa.
Por último, me gustaría partir una lanza a favor de tales productos. A pesar de todas las aparentes trampas que puedan encerrar sus mensajes publicitarios, no negaré que algunos de ellos nos sirven de ayuda para conseguir mejores resultados. Vuelvo a remarcar, ayudar, lo que no significa que vayamos a conseguir tener ese ansiado abdomen plano.
Tened en cuenta, como regla general, que ningún método os pueda garantizar nada de forma absoluta. Dicho esto, analizad la información sobre determinados productos/dietas/entrenamientos para analizar en base a nuestro propio criterio si nos compensa, o no, probarlos.