Estando en plenas Navidades, pronto estaremos rodeados de tías, primos, amigos de la familia y más personas que conforman nuestro entorno. Cuando las familias se unen, el aire se llena de mucho amor y alegría (por norma general), además de que también pasa a ser el momento perfecto para recordarte lo que has engordado o lo que has conseguido adelgazar.
Todos hemos atravesado alguna situación similar a la que alguien de nuestra familia nos dice que hemos ganado unos kilos de más, y no es agradable comenzar una abundante cena familiar con este contexto previo.
Seamos realistas, decirle a alguien que tiene que adelgazar, no es un tema fácil de abordar. El tema importante a tratar es que no hay un medio adecuado para hablar de adelgazar con alguien al que tenemos cariño. Tenemos que hacerle llegar el mensaje sin causarle daño.
Como conocedor del mundo de la nutrición, a menudo me parece que me encuentro bombardeado en los eventos con preguntas que giran alrededor de adelgazar y comer bien. Es irónico, porque muy a menudo las preguntas se convierten en una conferencia sobre lo que tal o cual especialista indica como mejor método para bajar peso.
En lugar de reaccionar, por lo general terminan sonriendo y asintiendo con la cabeza. Les animo a hacer lo que ellos sienten que funciona mejor para ellos, pero no uso esto como la oportunidad para hacer hincapié en lo que hacen mal, o lo mucho que se han descuidado en los últimos años.
Así que, ¿cómo puedo realidad de tripas corazón y les digo que es hora de adelgazar de la mejor manera posible? Bueno, en pocas palabras, no lo sé a ciencia cierta. Me parece, que estas convenciones sociales, son una manera sutil para alentar a sanos principios que van a ayudarles a cambiar la cultura de nuestras cenas familiares.
Por ejemplo, sugiero que todos traigamos una versión ligeramente menos grasa de los clásicos platos tradicionales, tal vez tratando de hacer un puré de coliflor, mezclado con patata y crema de leche y mantequilla.
Sí, esto no siempre es bien recibido, pero al menos estamos empezando a ofrecer sugerencias y alternativas, a través de una idea que trate de eliminar una costumbre culinaria tan perniciosa para nuestro aspecto físico.
De esta manera, estoy tratando de ofrecer soluciones positivas al problema del sobrepeso. Compartiendo recetas y ofreciendo ideas para entrenar que sean simples y efectivas, va a hacer que mejore el estado anímico y la motivación de nuestros seres queridos, en vez de aplastarlo.
Al final, la decisión para que alguien cambie su estilo de vida hacia un modelo más saludable tiene que venir desde dentro, y no desde un miembro de la familia. Los familiares estamos ahí para apoyar, pero hasta que un individuo no asuma realmente la necesidad de cambiar, esto tendrá poco efecto.