Hay una gran cantidad de mitos alrededor de la figura de los carbohidratos. Éstos, básicamente, son la principal fuente de energía de nuestro cuerpo y son la base de la alimentación humana.
No obstante, a pesar de su importancia, se les ha atacado fuertemente como causa principal de que ganemos peso. Los carbohidratos son, el centro de muchas creencias negativas, que en este artículo, voy a tratar de tirar por tierra.
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No se puede consumir carbohidratos por la noche
Seguro que habéis oído que no se puede tomar carbohidratos por la noche, ya que como no se van a emplear, se van a convertir en grasa. Pero, no es indispensable consumir los hidratos en el mediodía o desayuno, sino que, la suma de las calorías y nutrientes dan origen a un total diario que no es influenciado por su distribución a lo largo del día.
Es importante que procuremos nutrir a nuestro cuerpo con un mayor porcentaje de calorías en los primeros tramos de nuestro día, para mitigar la sensación de ansiedad y llegar con menos apetito a las próximas comidas, y para tener energía a lo largo del día que usar.
Los carbohidratos, son los que nos hacen engordar
Este tipo de pensamiento, son totalmente falsos, puesto a que las calorías por gramo que nos dan los carbohidratos (4 cal/g) son menos de la mitad de las que aportan las grasas. La mayoría de los alimentos con un alto índice en carbos, como la pasta, concentran calorías que sólo pueden representar un aumento de peso si se consumen en exceso. Esto es así, ya que carbohidratos no empleados, se transforman en grasa que puede utilizarse más adelante como fuente de energía.
No mezclar carbohidratos con proteínas
Es absolutamente falso, y se puede tirar por tierra con analizar la composición de los alimentos, ya que la mayoría están compuestos de proteínas y carbohidratos.
Consumirlos a la vez, no implica que vaya a ocurrir algo catastrófico conjuntamente no implica ninguna consecuencia para el organismo, pero este falso mito tiene su origen en lograr una mayor sensación de saciedad, debido a que se pensaba que lo carbohidratos en una sola comida calmaban el apetito y las proteínas en otras producían el mismo resultado, es decir, que el resultado se conseguía por separado.