Estoy seguro, que en más de una ocasión, os habéis preguntado cuál es la mejor dieta. Vivimos en una sociedad que busca conseguir resultados de la forma más rápida posible. Y ante este escenario, la premura de conseguir una dieta que nos ayude a lograrlo de manera eterna es bastante grande. Pero claro, ¿realmente podemos saber qué dieta es la más útil? Vamos a profundizar en este tema.
¿Cuál es la mejor dieta?
No es una pregunta nada fácil de responder, porque como vais a ver, no existe una persona igual, por lo que no todas las dietas tendrán el mismo efecto en todo el mundo. Es muy importante que tengamos en cuenta estas consideraciones, porque si os planteáis bien el tema, si existiera una dieta universalmente buena, ¿la podrían hacer personas con diabetes o con celiaquía? O personas con otro tipo de particularidades.
Sin querer entrar en aspectos tan técnicos como el plasma sanguíneo, y lo que influye a la hora de absorber determinados nutrientes, indicaros que no todos los metabolismos funcionan igual. Y no sólo eso, sino que además en función de la actividad y objetivos de cada uno, se deberán realizar diferentes dietas. O, ¿creéis que deberá ser igual la dieta de un culturista en etapa de volumen que pesa 130 kg que una chica de 59 kg que quiera perder peso? Ni las cantidades, ni los nutrientes deberán ser iguales. Por no entrar en la suplementación, que como os podéis imaginar es bien diferente.
Pero, es que la dificultad de definir cuál es la mejor dieta, no acaba aquí. El tema no es que debamos seguir un modelo nutricional como si se tratase de los mandamientos católicos, porque por norma general es más importante jugar con los macros. De hecho, la afamada dieta normocalórica, suele variar de cantidades a lo largo de la semana. Es decir, que oscila con un número de calorías que orbitan cerca del de mantenimiento.
Además, de que los nutrientes que incorporan suelen variar constantemente. Es decir, que a mejor el lunes para comer hay salmón, una ensalada de espinacas, y dos piezas de frutas. Y el lunes siguiente, se come arroz, pollo y un puñado de frutos secos.
Pero, también hay que tener en cuenta el porcentaje de las cantidades. En las dietas habituales que se suelen recomendar por los especialistas, los macronutrientes no suelen ser fijos, sino que varían en cantidades. ¿A qué me refiero con ésto? A básicamente, que no se debe consumir un 55% exacto de hidratos de carbono, sino que juegan con horquillas variables. En función de cada una de las dietas, varía notablemente. Así que, tampoco puedo dar unas pautas muy concretas en este aspecto.
Entonces, ¿cuál es la solución?
La solución, es que deberemos de adaptar nuestra dieta en base a nuestras características y objetivos. Por lo que, recomiendo con fuerza, que aquellas personas que no tengan conocimientos elevados sobre la materia, acuda a un especialista en la materia. Un dietista y/o nutricionista, nos ayudará a encontrar cuál es la mejor dieta en base a nuestras características y metas.
Y, es una inversión que no solo nos ayudará a lucir un mejor cuerpo, sino que será más saludable. Se encargará de analizar y supervisar nuestros resultados, asegurando que no metemos la pata con la elección de diferentes nutrientes que puede que no nos hagan ningún bien. Y, especialmente, un especialista hará que consigamos adherencia a la dieta. Sin duda, éste es el punto clave por el cual las dietas acaban funcionando a largo plazo. De lo contrario, viviremos en un eterno efecto rebote que no hará más que agravar nuestro estado de salud.
