Hoy vamos a tratar, en ejercicios en casa, un tema que suele ser bastante polémico y suele provocar mucha confusión entre los jóvenes que practican deporte. Vamos a explicar en profundidad los beneficios y las posibles contras que puede acarrear realizar alguna actividad deportiva en personas que están en edad de crecimiento.
En primer lugar, para desarrollar un crecimiento adecuado, en base al potencial genético que cada uno tenemos, es crucial hacer deporte. Esto no quiere decir que vayamos a superar nuestras condiciones genéticas, lo cual es imposible, pero si llegar a alcanzar nuestro máximo desarrollo. Un joven que mantiene una buena actividad física, tendrá un mejor rendimiento metabólico.
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El ser humano evoluciona
El ser humano, como el resto de especies, evoluciona. Antiguamente, nuestra especie necesitaba adaptarse al entorno y sobrevivir, por lo que era imprescindible correr, saltar, nadar y trepar como estilo de vida. Pero, como es obvio, en la actualidad no nos enfrentamos a situaciones que nos fuercen a practicar estas habilidades a menudo.
La realidad es que todos poseemos estas capacidades en menor o mayor medida, pero debemos entrenarlas voluntariamente y cuando somos jóvenes es el momento óptimo para empezar a desarrollarlas ya que, capacidades como la motricidad, están muy vinculadas a la construcción del cuerpo, el cerebro y la maduración del sistema nervioso (también crítico para la actividad física, como os solemos recordar), pues el ejercicio proporciona experiencias emocionales que provoca en nuestro cerebro la creación de conexiones interneuronales.
Actualmente, ocurre que debido a los ritmos de vida sedentarios que nos marca el devenir social, nos es más complicado poder trepar o nadar como actividad habitual. Nuestra forma de vida ha cambiado radicalmente en los últimos 150 años sufriendo un desfase entre nuestro diseño como especie y el ritmo actual de vida. La tecnología nos hace todo mucho más sencillo y no nos es necesario realizar las actividades de las que hemos hablado anteriormente, pero nuestro cuerpo, todavía, necesita ser estimulado mediante la actividad física.
Deporte y crecimiento en adolescentes
En la fase de crecimiento adolescente, también conocido como estirón puberal, el ejercicio también afecta a la generación de las hormonas sexuales, que son determinantes en esta etapa del crecimiento humano. Las hormonas sexuales provocan más actividad en uno de los cartílagos cruciales para el crecimiento, el cartílago de conjunción o metafisario, haciendo que nuestros huesos crezcan más rápido. Dicho cartílago se transforma en tejido óseo esponjoso una vez termina la fase de crecimiento.
En el caso de las chicas, la actividad deportiva es fundamental. Cuanto antes se producen las hormonas sexuales femeninas, antes se desarrolla la niña, antes da el estirón y más probable es que la talla final sea menor. Uno de los factores más importantes por los cuales se produce la anticipación de dichas hormonas, es el sobrepeso. De ese modo, si la niña practica deporte y tiene menos tejido graso, es probable que su desarrollo se optimice siga creciendo hasta el final de la época de crecimiento.
Como nota, diversos estudios arrojan que uno de los factores que estimulan la producción de la hormona del crecimiento, es realizar ejercicio, especialmente si se hace antes de comer o, al menos, sin haber ingerido carbohidratos. Esto se produce gracias a la hipoglucemia, un proceso por el cual los niveles de glucosa bajan al liberarse ghrelina en el estómago, provocando un mayor estímulo para nuestro metabolismo.
¿Es perjudicial el deporte para el crecimiento en algún caso?
Como os hemos indicado anteriormente en ejercicios en casa , el ejercicio físico es muy importante para que un individuo sea capaz de alcanzar su estatura potencial máxima. No obstante, si la práctica deportiva tiene muchos beneficios, hacerlo incorrectamente puede tener consecuencias negativas, ya que, una sobrecarga de actividad física detiene el crecimiento. Con esto nos referimos a entrenamientos de alto rendimiento de manera continuada, trabajo con pesos o repeticiones excesivas y forzar el entrenamiento sin el descanso adecuado.
No obstante, los expertos recomiendan que los niños pueden empezar a ir a entrenar al gimnasio desde los 11-12 años, siempre y cuando sea adecuadamente guiado evitando el riesgo de sobrecarga. Sin embargo, desde edades más tempranas, los infantes pueden proceder a mejorar sus habilidades mucho antes y los ejercicios con el propio cuerpo son excelentes para tal fin sin que afecte en absoluto al crecimiento.
Como nota final, el consejo que damos siempre y que seguimos a nivel personal en ejercicios en casa es el de realizar cualquier actividad con mesura. Ningún exceso en este campo es bueno, aún cuando somos muy apasionados del ejercicio ya que nos puede llevar a problemas inesperados y a no poder perseguir nuestra afición en el futuro.
Imágenes: Sangudo