Recién comenzado el año, estoy convencido que andáis más pendientes de la dieta de lo que soléis acostumbrar. Pero, hay una gran cantidad de mitos sobre el mundo de la nutrición, que perturban nuestras decisiones alimenticias. Y es que, hay alimentos saludables que han sido duramente atacados con poco fundamento.
Por lo tanto, debemos estar prevenidos más que nunca ante la información confusa. Internet, hace que sea más sencillo que nunca para difundir información errónea. Los mitos que antes se movían en un ámbito más local (gimnasio, vecindario…), ahora se pueden propagar por todo el mundo. No cabe duda, que las redes sociales, blogs y los fotos, son un instrumentos poderosos para comunicar y transmitir, pero hay a veces que la información que se vierte en la misma, no es del todo buena.
Es por ello, que en este artículo, trataré sobre 5 mitos sobre los siguientes alimentos saludables. Sin duda, os ayudarán a ver cuál es la realidad sobre determinadas cuestiones que suelen confundirse.
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Mito 1: Los hidratos de carbono son el demonio
Durante décadas, la grasa era el peor enemigo de cualquier duda. Pero hoy en día, los medios de comunicación han encontrado un nuevo chivo expiatorio: los carbohidratos.
Hoy en día, existen una gran cantidad de generalizaciones sobre los carbohidratos, y los efectos de la insulina, que han convertido a éstos en el peor enemigo. De hecho, a los ojos de muchos, el índice glucémico y el índice de insulina parecen clasificar los alimentos por lo peligrosos que son. Al igual que el colesterol, la insulina es mal entendida, ya que se entiende como dañina sin más.
Sin embargo, nuestro cuerpo, necesita y produce ambas sustancias. El colesterol sirve para producir pregnenolona, y otro tipo de hormonas fundamentales, como lo es la testosterona. La insulina se requiere para almacenar la glucosa (el azúcar en su sangre). O para utilizarla para la energía. Fue una de las primeras hormonas que se descubrieron, y la primera en ser investigada en el contexto de la sensibilidad.
Realmente los carbohidratos pueden influir en nuestra resistencia a la insulina. Ésto, es especialmente importante en aquellas personas que sean diabéticas, pero en personas sanas, un consumo elevado de hidratos no elevados en azúcar no tiene que ser preocupante. Especialmente, cuando se combina con actividad física.
Dicho esto, no se puede negar que la sociedad moderna hace que sea muy fácil comer en exceso carbohidratos. Controlar la cantidad de hidratos de carbono ingeridos, puede ser una decisión muy inteligente de cara a perder grasa. Pero lo realmente importante a tener en cuenta a la hora de perder peso, no es reemplazar la grasa por carbohidratos o carbohidratos por la grasa, sino para terminar la mayoría de los días con un déficit de calorías.
Pero, ¿cuál es la realidad sobre los carbohidratos en este sentido? Que a no ser que los consumamos en cantidades realmente excesivas, no tenemos que preocuparnos especialmente por los hidratos.
Mito 2: ¿Y las grasas? ¿son tan malas?
Solemos asociar, que comer grasa significa ganar grasa. Pero en estudios, como el siguiente Visceral adiposity and metabolic syndrome after very high-fat and low-fat isocaloric diets: a randomized controlled trial, esta vieja idea, está dejando de calar en nuestra mente.
Hoy en día, sabemos que, al igual que ingerir colesterol no es probable lo que hace aumentar nuestros niveles de colesterol, con la grasa pasa lo mismo. Lejos de ser saludable, evitar el consumo de grasa en nuestra dieta puede ser peligroso. La razón es que nuestro cuerpo necesita consumir al menos algunos ácidos grasos omega-3 y omega-6.
¿Y qué hay de verdad en cuánto a que las grasas saturadas son malas para el corazón? Pues eso, que se trata de un mito. Al final del día, las grasas trans son el único tipo de grasa que ha demostrado ser unilateralmente perjudicial para la salud. Poca cantidad, no nos hará daño, pero es importante mantenerla bajo control.
Mito 3: Las yemas de huevo
La alerta que se ha generado sobre el consumo de yemas de huevo, ha sido desmesurada. Se ha asustado a una gran cantidad de personas, con un alimento muy bueno y poco nocivo. Este artículo, ya hablamos sobre sus beneficios.
Los huevos han sido demonizados porque sus yemas, que están repletas de nutrientes, contienen altos niveles de colesterol. Al igual que vimos en el caso de las grasas, a más consumo de colesterol, no se produce un incremento lineal en los niveles de sangre del mismo (artículo sobre el tema). No al menos en la mayoría de las personas.
Pero, lo más interesante en este sentido, es que el consumo de huevos no está asociado con un incremento en enfermedades del corazón (estudio). Al menos no por norma general, ya que existen casos en los que se deberá de tener cuidado, como es aquellas personas con diabetes o hiperglucemia.
En realidad, los huevos son una gran fuente de proteínas, y de grasas de alto valor nutricional. Su asociación con el colesterol alto y las enfermedades cardiovasculares, se ha exagerado de manera exagerada. Son uno de los alimentos más saludables que existen, especialmente para los que amamos el deporte.
Para concluir con el huevo, en el siguiente artículo que os facilito, os hablé sobre el mito de los números de huevos que se pueden consumir en una semana:
Mito 4: La carne roja roja provoca cáncer
Declaraciones absolutas como ésta, son el mejor amigo de los mitos sobre nutrición. Casi todo lo que comemos, tiene el potencial de desarrollar células cancerígenas en nuestro cuerpo (echad un vistazo a este estudio). O disminuirlo, como es el caso de los antioxidantes, los antioxidantes pueden promover y obstaculizar el crecimiento del cáncer, pero el efecto suele ser demasiado pequeño para que se note.
Algunos compuestos, como los hidrocarburos poliaromáticos (HAP), que se encuentran en las carnes rojas, se han vinculado con el daño al genoma, que es el primer paso para el cáncer potencial. Los estudios en este sentido, indican que el consumo de carnes rojas puede ser peligroso, si la dieta es poco variada, y se lleva una vida sedentaria.
Si no fumamos, hacemos ejercicio, no abusamos del alcohol, y llevamos una dieta equilibrada (no digo de deportista de élite, ni mucho menos), no deberíamos de preocuparnos.
Los temores sobre la vinculación entre el cáncer y la carne roja, son exagerados. Llevar una vida (descansar bien, hacer ejercicio, alimentación equilibrada, no fumar y no beber alcohol recurrentemente), es más importante que andar controlando la cantidad de carne roja que tomamos.
Mito 5: La sal es mala para ti
Alguno de los mitos, tienen un poso de verdad. Es cierto que las personas con hipertensión (evidencia), deberían de evitar consumir cantidades elevadas de sal. La razón, es procurar que la presión arterial no se desmadre.
Pero, en la mayoría de las personas, sin embargo, parece haber poca o ninguna asociación entre el consumo de sal y el riesgo que conlleva para nuestra presión arterial. En cambio, el sobrepeso sí que provocaría un incremento en ésta.
La sal, se trata de un mineral esencial. Consumir sal, es fundamental para nuestra salud. El problema es que se suele consumir el doble de lo que se recomienda, lo que empieza a ser poco gestionable para el cuerpo. El exceso de sodio puede no elevar la presión arterial, pero se asocia con otros problemas de salud, como el daño renal, o con el deterioro cognitivo.
Lo importante en este sentido, es que la sal no está fuertemente asociada con la presión arterial alta, excepto en personas con hipertensión sensible a la sal. No obstante, cualquier cosa que se consuma en exceso, es perjudicial, el sodio incluido.