En primer lugar, vamos a dar una definición rápida para cualquier persona que no esté familiarizado con el término de dieta cetógenica sepa lo que es: La dieta cetogénica no es más que un tipo de dieta en la que el porcentaje de carbohidratos disminuye significativamente con el fin de maximizar la oxidación de las grasas que da lugar a la formación de cuerpos cetónicos. Éstos, se usan de forma alterna por nuestro cerebro como fuente alternativa a la glucosa.
En otras palabras, la dieta cetogénica es un modelo alimenticio que alterna entre períodos de muy bajo contenido de carbohidratos de la alimentación (normalmente 4-6 días) y períodos de alto consumo de carbohidratos (1-3 días).
Ahora volvamos a la pregunta: ¿la dieta cetogénica puede tener un impacto negativo sobre nuestra salud? Y la respuesta, es como casi siempre, depende. Ciertamente, los primeros estudios encontraron que, a corto plazo (la semana 1-3), las dietas bajas en carbohidratos tienden a causar algunos problemas.
Por esta razón, los estudios a corto plazo (por lo general, de una semana de duración) tienden a reportar decrementos en un montón de cosas, incluyendo el rendimiento cognitivo.
Empíricamente, así, muchos reportan fatiga, letargo y una especie de lastre cognitivo hasta que se adaptan a la dieta (el cerebro se adapta a la utilización de cuerpos cetónicos como combustible durante los primeros 3 meses).
Me gustaría señalar que la suplementación a base de sodio, potasio y magnesio pueden ayudar significativamente a ayudarnos a reducir la eliminación de la sensación de fatiga. Así, para la mayoría de la gente que no esté familiarizada con el seguimiento de dietas, no la recomendaría empezar una dieta cetogénica, ya que lo más probable es que nos pueda causar problemas.
Pero ¿qué pasa con alguien que ha sabido adaptarse a estar en cetosis?. No suele haber gran variación en su salud. Algunas personas, que se acostumbran a funcionar en este estado, se ha analizado que el cerebro puede llegar a operar bastante mejor en este estado.
Yo no podría decir el mecanismo, esto es sólo una de esas cosas de auto-reporte. Pero tiende a ser muy variable (y no puedo pensar en ninguna estudios que han examinado el desempeño cognitivo después de la adaptación a largo plazo de las dietas bajas en hidratos de carbono).
Otro de los efectos que ha reportado las dietas cetogénicas, de hecho, es que la gente que las sigue suele estar somnoliento a lo largo del día, en especial el 1-2 día de ingesta alta de carbohidratos. Ciertas personas, tienden a estar cansadas a lo largo del día de forma permanente, no pudiéndose quitar esa sensación ni siquiera durmiendo adecuadamente.
Esto está, probablemente, relacionado con cualquiera de los cambios de glucosa en la sangre o con un aumento de la serotonina en el cerebro (que tiende a causar letargo y fatiga), pero es un efecto que suele ocurrir, y que es bastante severo en nuestro cerebro.
Del mismo modo, algunos parecen pasar por lo menos un breve re- adaptación (en términos de fatiga, etc) que se remonta desde los carbohidratos de alto a bajo nivel de hidratos de carbono.
De nuevo, esto es bastante variable, muchas personas pueden cambiar de alto a bajo consumo de hidratos sin apenas percibirlo. De todos modos, las muestras recogidas a nivel científico en este caso, no son lo suficientemente significativas como para poder ser aplicables a todo el universo.
Por tanto, tratando de dar una respuesta más o menos concisa a este tema, es que sí existen ciertos riesgos de seguirla. Al tratarse de una dieta ciertamente agresiva, es normal que pueda registrar cambios perniciosos para nuestra salud. Pero, a día de hoy, lo poco que se sabe, es que no se a mucha gente le afecta bastante y a otras personas no les afecta en nada. Habrá que estudiar más a fondo las razones biológicas de cada individuo que provocan estas alteraciones.