Efectos de la música en el entrenamiento: Desata tu potencial con tus preferencias musicales
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Has oído hablar de estudios como este antes. Toman un montón de levantadores y les piden que escuchen su lista de reproducción favorita mientras hacen ejercicio. La resistencia aumenta. Mejora el rendimiento. El golpeteo de los dedos de los pies hace que se eleven nubes de polvo.

El estudio más reciente sobre este tema apareció en la revista «Perceptual and Motor Skills» (estudio). Este tuvo un giro ligeramente diferente, pero los resultados fueron más o menos los que cabría esperar. Tomaron a 10 hombres entrenados en disciplinas de resistencia y los hicieron completar dos sesiones de press de banca. El primer grupo no escuchó nada más que los chirridos de las tuberías del gimnasio, mientras que el segundo pudo escuchar su música favorita.

El grupo que escuchó música aumentó su volumen de repeticiones en un 15,4 por ciento (aproximadamente 2 repeticiones) sobre el grupo que no lo hizo. Realmente, tampoco es que parezca extraordinariamente sorprendente los resultados que nos dio el estudio.

Alternativas más interesantes a la hora de ver los efectos de la música en el entrenamiento

Personalmente, me gustaría ver un estudio que examinara los efectos de mejora del rendimiento de escuchar música que odias. Sé por experiencia personal que escuchar algunas de las porquerías que ponen en el gimnasio a través sus altavoces hace que mis catecolaminas se filtren. Mi presión sanguínea aumenta. También mi frecuencia cardíaca aumenta. Aumenta mi respiración. Es como si fuera a transformarme en Hulk sin ponerme verde (o tal vez sí ).

Todo lo que tengo que hacer es escuchar algo como «Death Bed» de Powfu. No me malinterpretes, la melodía está bien, son las letras las que me irritan muchísimo. El pobre bastardo desinteresado se está muriendo, diciéndole a su esposa o novia cómo espera que encuentre a alguien más cuando deje esta tierra. Luego está esa canción «Happy» de Pharrell Williams: «Aplauda si te sientes como en una habitación sin techo». Pero, ¿eso qué significa? Las personas que viven en habitaciones sin techo probablemente están encerradas en corrales por piratas somalíes y no tienen nada por lo que sentirse felices.

Y no me hagas empezar con las canciones navideñas. ¿Alguna vez escuchaste “Little Saint Nick” de los Beach Boys? “La Navidad llega en esta época cada año…” ¿Qué clase de mierda de maestro zen borracho ha escrito esa letra? ¿Cuántas bolas rápidas hizo Brian Wilson antes de escribir esa? ¿La Navidad llega en esta época cada año? ¡Está bien, el martes llega a esta hora cada semana!

Hombre, escucho esa mierda y podría levantar una habitación con o sin techo.

De todos modos, ese es el tipo de estudio que me gustaría ver. Y comprobar si realmente hay o no evidencias de que se mejora o se empeora. Ah, y por supuesto, con una muestra superior a la de una clase de primero de la ESO, que a veces me aterra cuando tratan de sacar conclusiones contundentes con muestras tan pequeñas.

Publicado por Juanma

Amante del deporte de fuerza y del entrenamiento funcional en general