A menudo, cuando entrenamos, perdemos la perspectiva a la hora de entrenar y empezamos a hacer ejercicio por inercia sin estar 100% convencidos de lo que estamos haciendo. Basamos y centramos nuestros entrenamientos en lo que pillamos de Internet, o lo que vemos a nuestros compañeros a la hora de hacer ejercicio.
La verdad, es que si queremos obtener éxito a la larga, la planificación es clave. Si queremos ganar masa muscular, deberemos seguir un programa centrado en la hipertrofia, que nos ayude a mejorar nuestras debilidades selectivas. Y es aquí, donde entran en juego los ejercicios auxiliares.
La importancia de los ejercicios auxiliares
Realmente, ahí no acaba la relevancia de los ejercicios auxiliares, ya que no se deben emplear únicamente con el fin de conseguir aumentar nuestra masa muscular. Los ejercicios auxiliares sirven como complemento a nuestro entrenamiento, que nos ayudan a apuntalar determinadas zonas importantes y a corregir nuestras principales debilidades.
Por ejemplo, el día que queramos entrenar el pecho, el ejercicio principal podría ser el press de banca plano, ya que es un ejercicio multiarticular en el que inciden muchas fibras y requiere de mucha energía para su ejecución. Los ejercicios auxiliares, podrían ser unas aperturas con mancuernas o unos cruces de polea.
Los ejercicios auxiliares, sirven para trabajar más localizadamente ciertos músculos con el fin de mejorar su rendimiento o tono muscular. Para determinados deportes funcionales, son críticos los ejercicios auxiliares, ya que van a ayudarnos a corregir las debilidades que nos están lastrando a la hora de hacer otro tipo de movimientos.
Por ejemplo, si fallamos en el tramo superior del press de banca, suele indicar que tenemos debilidad en los tríceps por lo que sería conveniente realizar en nuestra rutina de entrenamiento como ejercicios auxiliares un press francés, un tate press o un rolling extension. Para alguien que busque ganar masa muscular, la selección correcta de los ejercicios auxiliares nos va a permitir conseguir desarrollar secciones musculares que crezcan menos o que las queramos dar un mayor protagonismo.
Además, es importante que rotemos los ejercicios auxiliares con cierta asiduidad ya que el cuerpo se tiende acostumbrar a su estímulo. Cada dos meses como máximo, es interesante cambiar los ejercicios auxiliares por otros diferentes para trabajar el músculo con un ángulo diferente o empezar a dar más protagonismo a otras secciones musculares.