¿Hay momentos en la vida que no notáis que necesitáis un cambio interior?¿Veces que estáis cansados de no soportar una determinada conducta dañina vuestra y que os persigue a lo largo del tiempo? Todos, en algún momento de nuestra vida, puede que hayamos atravesado una situación parecida o nos hayamos realizado tales preguntas. Las opciones que se presentan, son múltiples, entre las cuales se encuentran la negación, la aceptación, o una catarsis interna de valores.
Ejercicios en Casa, además de ser una plataforma de difusión deportiva, es un canal que tanto Osiris, como yo (Juanma) empleamos para comunicarnos con nuestros lectores, ya que no es un ente independiente con pretensión de sublimarse y reificarse, ya que a nivel personal me gusta de dotar de humanidad y de cierta sensibilidad lo que hago. Y bien, hoy quiero compartir un cambio interior que estoy pasando a nivel personal, tratando de que dicho artículo sirva de ejemplo o refuerzo a aquellos que os encontréis en un punto de vuestra vida similar al mío.
El cambio interior
Puede que llevemos años y años viviendo con un determinado sentimiento, sin ser conscientes de que algo de nosotros no nos agrada o no nos va. Todo empieza, con la toma de conciencia del «problema» en sí, que empezamos a hacernos una idea de que determinadas cosas que hacemos o que tenemos de comportarnos, sinceramente, no nos gustan. Nuestro yo interno grita cada vez que se enfrenta a una situación ante la cual no está realmente contento, y nosotros no paramos de aplacar a golpe de irracionalidad.
La toma de conciencia, no tiene porqué ir acompañada de un cambio contingente, pues lo más probable es que tendamos a restarle importancia mientras no nos esté afectando negativamente. De hecho, tras el proceso de asunción, puede que le siga uno de aceptación de nuestra forma de ser, que justifiquemos somos así y ya está.
Esta aseveración es perfecta si la sentimos así realmente, es decir, que no estamos escudándonos y justificándonos para evadir el problema de fondo, ya sea por una falta de autoestima u otra causa subyacente. La libre manifestación de nuestra voluntad es gratificante, siempre que sea ejercida correctamente, y no como he comentado anteriormente como un escudo protector ante nuestro problema.
Puede, que incluso, llegue la causa interna, nos llegue a provocar porblemas de los que no somos ni conscientes que estamos padeciendo. Puede que una ramificación de tal negación o aceptación de un problema, nos afecte en nuestra relación de pareja, de amigos o, ya no sólo en lo referente al contacto humano, sino que a la hora de afrontar un determinada situación, como no hacer una u otra actividad por un terror atávico que arrastramos.
El proceso de cambio interior, es duro, complejo, puede que nos lleve a pelearnos con una parte de nosotros mismos que se aferra al problema como un bebé a la teta de su madre. Pero os aseguro, que es bonito, vivir la aventura de cambio interior es algo que nunca se olvida en la vida, y el cual si decidimos afrontar, lo llevaremos hasta la última de sus consecuencias. El fortalecimiento mental que dicho proceso nos hará pasar, será increíble pero no debe ser la razón del cambio per se, sino el proceso de lucha interna por aflorar nuestro yo auténtico libre y determinado consigo mismo.
Puede, que las consecuencias de buscar tal cambio interior sean aparentemente fatales, dado a que un cambio verdadero y sincero con nosotros mismos puede que necesitemos dejar a determinadas personas por el camino, ya que la inexorable marcha hacia un encuentro con nuestro yo perdido, sea incompatible con antiguos patrones que tolerábamos sin ser conscientes de que era realmente lo que queríamos. La vida, en sí, es cambio y evolución, y así la debemos comprender, la estanqueidad del ser suele ser algo temporal.
Si os encontráis en una situación en la que necesitáis un cambio interior y real, os insto con todas las fuerzas a que lo hagáis, que no seáis cobardes con vosotras/os mismos y que emprendáis la marcha con todas vuestras fuerzas. Y no debemos verlo como el resurgir de una versión mejorada de nuestro yo interno, sino como una versión más auténtica y natural, sana y desintoxicada.
Ánimo a todas y todos los que estéis determinados surcar los mares del cambio, escogiendo la corriente que nuestro cuerpo realmente necesite.