Las personas que padecen obesidad, tratan con mayor o menor efectividad, combatir su problema de peso con diferentes métodos. Dietas de diferentes tipos, ejercicio, hipnosis para adelgazar, y un sinfín de métodos de índole similar. Pero, uno de los sistemas de pérdida de peso a los que más suelen recurrir en caso de que no funcionen los métodos tradicionales, es la liposucción.
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¿Qué es la liposucción?
Aunque todos tenemos más o menos en mente qué es la liposucción, conviene realizar una aclaración desde el punto de vista terminológico para entender mejor la problemática. Para tenerlo más claro, la operación quirúrgica que se encarga de extraer grasa del cuerpo no es una liposucción, sino una lipectomía.
Dentro de las mismas, en base a la naturaleza de la intervención, podemos hablar de abdominoplastia o lipectomía de cintura, y liposucción. El método más conocido es el segundo de los descritos, la liposucción. Se trata de una técnica menos «dura», ya que la extracción del tejido adiposo no se realiza de manera profunda, sino que superficial.
¿Es un método efectivo?
Puede, que decidir emplear el método de la liposucción sea una opción muy atractiva cuando tenemos algún lugar en nuestro cuerpo en el cual la grasa se tiende a alojar de manera descompensada. La liposucción, al ser un sistema que nos permite quitarnos grasa de manera localizada rápidamente, hace que sea una alternativa muy tentadora. Además, ya no es una cuestión meramente estética el quitarnos grasa, sino que provoca desequilibrios metabólicos y hormonales, siendo bueno desde el punto de vista de la salud.
Entonces ¿por qué no quitarnos ese exceso a través de una operación rápida y fácil? ¿no es una alternativa que sea viable a largo plazo y que nos permita llevar una vida más saludable al quitarnos de golpe una cantidad significativa de grasa?
Sin embargo, antes de tomar cualquier tipo de decisión al respecto, conviene que tomemos una serie de precauciones. En primer lugar, deberemos consultar a nuestro médico de cabecera al respecto, sobre si este tipo de intervenciones son buenas, o no lo son para nosotros. Es decir, alguien que está tan acostumbrado como nuestro propio médico a tratarnos y conoce nuestro historial médico, es la persona más indicada para poder valorar al respecto de si este método se adecua o no a nuestras características personales. Y en segundo lugar, informarnos sobre si es realmente efectiva y segura la liposucción.
A continuación, vamos a profundizar más, analizando los diferentes estudios que han surgido al respecto el tema de la liposucción. Veamos si realmente es tan buena y fiable como parece.
Estudios sobre la liposucción
En esta investigación, se dictaminó que no existen evidencias suficientes para llegar a la conclusión de que las liposucciones son efectivas a la hora de combatir enfermedades de tipo cardiovascular. No sé centro en analizar el efecto que tienen a largo plazo sobre el peso, sino que únicamente sobre los efectos en el corazón.
Este metaanálisis, se centró en el efecto de las liposucciones sobre la disminución de grasa a la hora de ayudar a que nuestro cuerpo se vuelva más resistente a enfermedades de índole cardiovascular. Y, en sintonía con el anterior estudio, no se comprobó que fueren nada relevantes a la hora de ayudar a reducirlas. Vamos, que daba igual mantenerse con sobrepeso, que realizarlas.
Este otro estudio, The effects of abdominal lipectomy in metabolic syndrome components and insulin sensitivity in females, demostró únicamente el efecto temporal y poco duradero de la lipectomía abdominal en el peso corporal. El peso perdido, se recupera a los meses de la operación. Evidencia este estudio la tesis de que la grasa corporal se distribuye, y que tenderá a compensar su falta volviendo al cuerpo más efectivo asimilando la entrante por parte de nuevos alimentos.
Por último, el estudio Metabolic and cardiovascular consequences of suction-assisted lipectomy: Systematic review, se centró también en el tema de si las liposucciones eran efectivas para adelgazar. El ejercicio físico, parece ser fundamental a la hora de frenar el efecto compensatorio de las ganancias de grasa posteriores a la intervención. De todos modos, antes de lanzar las campanas al vuelo, parte de la comunidad científica ha encontrado ciertos sesgos en cuanto al tipo de actividad física y a la hora de relacionarlo con el control de la grasa posterior a la operación. Por lo que, insto a que tomemos con pinzas esta información hasta que se verifique con futuras investigaciones.
Conclusiones
Aunque la liposucción puede ser un método útil en según qué circunstancias, no es para nada milagroso. Es decir, como paraecen evidenciar los estudios sobre los efectos que provoca a largo plazo en la salud cardíaca, no es nada útil. Además, se sufre una especie de efecto rebote al cuerpo tratar de compensar la pérdida tan agresiva de grasa corporal de golpe.
No obstante, ciertos estudios apuntan a mejorías cuando se combina con ejercicio físico, y seguro que con dieta también. Y es por aquí, por donde debemos guiarnos más. Es decir, el secreto del éxito a largo plazo no pasa únicamente por operarnos. Sino que, en mantener hábitos de vida saludables: ejercicio físico, una dieta adaptada a nuestras necesidades nutricionales, descansar correctamente…
En determinados casos, es importante intervenir, pero son casos extremos en los cuales los especialistas en el mundo de la salud. Por norma general, personas con obesidad mórbida. Por lo que, insto a todas aquellas personas que quieran recurrir a este método para perder grasa, se informen bien, lo sopeses y consulten con un especialista médico. Quizá, no sea la solución a sus problemas…