Si tienes más de 30 años, probablemente ya te habrás dado cuenta de que el maravilloso período de los 20, en el que podías comer, beber y divertirte hasta altas horas de la noche y aparentemente sin consecuencias, no dura. Una de las razones clave de esto es que a medida que envejece, el equilibrio hormonal cambia y su estilo de vida debe cambiar con él. Si continúas viviendo y jugando duro, no pasará mucho tiempo antes de que tu estilo de vida te alcance rápidamente, por dentro y por fuera.
Ahora tengo más de 40 años y personalmente descubrí lo que se conoce como «la propagación de la mediana edad«. Ya no puedo comer lo que quiera y ganar peso parece ser mucho más fácil ahora. Entonces, las preguntas candentes son ¿por qué y qué podemos hacer al respecto?
Para las mujeres, el cambio principal comienza con la perimenopausia, los años previos a la menopausia, donde los síntomas comienzan a aparecer a medida que las hormonas comienzan a cambiar. La menopausia es un proceso biológico natural que ocurre en las mujeres a medida que envejecen, que normalmente puede ser alrededor de los 50 años, pero difiere según cada individuo. Se caracteriza por una disminución de los niveles de estrógeno, lo que puede provocar una variedad de cambios físicos y emocionales, incluida la distribución del peso.
TRUCOS PARA MANTENERSE EN FORMA
Durante la menopausia, suele haber una redistribución de la grasa corporal, en lugar de un aumento significativo de la grasa corporal general. En concreto, tiende a haber un aumento de la grasa abdominal y una disminución de la grasa subcutánea, que es la grasa que se encuentra justo debajo de la piel. A medida que los hombres envejecen, su equilibrio hormonal también cambia, los niveles más bajos de testosterona y el predominio de estrógenos pueden significar un aumento de grasa abdominal.
Si bien hasta cierto punto podemos y debemos aceptar nuestros cuerpos cambiantes, la propagación excesiva de la mediana edad o acelerar el envejecimiento no es inevitable y puede minimizarse o incluso revertirse con algunos pequeños cambios consistentes.
La nutrición juega un factor clave, en particular obtener la cantidad adecuada de proteínas durante el día para minimizar la pérdida de masa muscular. También es importante dormir e hidratarse adecuadamente para ayudar a equilibrar las hormonas.
El ejercicio es un factor importante, en particular el ejercicio con pesas: puede ayudar a regular las hormonas al reducir los niveles de estrés y aumentar la masa muscular. Si piensa que la masa muscular es su motor, cuanto más músculo tenga, más fuerte y vital se verá y se sentirá a medida que envejece.
También puede ayudar a regular los niveles de insulina, regular el estado de ánimo y reducir la posibilidad de diabetes y otras enfermedades metabólicas.
Si no sabes por dónde empezar, empieza caminando o nadando. Reúne a un amigo y sal a la naturaleza o a la piscina y acostúmbrate a la idea de hacer ejercicio con regularidad. La clave es la coherencia. Una vez que haya adquirido el hábito, agregue algunos ejercicios con peso corporal y avance agregando algunas pesas. Únase a un grupo de fitness o contrate a un entrenador para que sea más fácil y disfrute viendo su progreso.
Si experimenta otros síntomas extremos, consulte a su médico de cabecera, ya que puede haber alguna terapia hormonal adicional que pueda ayudar.