Aprende a hacer el pino fácilmente
No hay cosa que más temor y odio me haya infundado a lo lardo de mi vida deportiva que el pino. Desde el colegio, siempre se me atragantaba, me costaba una barbaridad hacerlo, en gran parte por el miedo que me daba afrontar la postura. Se me venía a la cabeza ensoñaciones infundadas de que me caería, de que cedería o de que me lesionaría si lo realizaba mal.