La tensión arterial y la conexión corazón-cabeza

Hay una razón por la que se le toma la tensión arterial cada vez que acude a la consulta del médico o al hospital, independientemente de la dolencia que le haya llevado hasta allí. La hipertensión se conoce con razón como «el asesino silencioso«. A menudo no presenta síntomas ni señales de advertencia, pero puede aumentar drásticamente el riesgo de sufrir un infarto de miocardio o un ictus.

Cuanto más alta sea, más tendrá que esforzarse el corazón para bombear sangre al organismo y más probable será que se produzcan daños en el músculo cardiaco. Pero como todas las partes del cuerpo dependen de la circulación, la hipertensión no sólo puede afectar al corazón. Si la sangre no fluye con facilidad, puede dañar las arterias y órganos vitales como los riñones, los ojos y el cerebro.

Continuar leyendo