Es habitual pensar, que el mejor sistema o método para mejorar la fuerza es levantar peso hasta más no poder con la idea de buscar adaptaciones. Se piensa que es necesario realizar sesiones de entrenamiento que produzcan agotamiento muscular, con esta idea se realizan repeticiones hasta el fallo muscular.
Pero como vamos a analizar, llegar hasta el punto de máxima fatiga nerviosa, no es siempre la estrategia más eficaz para mejorar el rendimiento neuromuscular en el contexto deportivo, como tampoco lo es en el del acondicionamiento que esté pensado para mejorar la condición física normal.
Por el contrario, existen suficientes estudios relacionados con el fallo muscular científicas donde se cuestiona seriamente la eficacia de los entrenamientos sistemáticos al fallo muscular, comparados con los que no se llega al mismo igualando el volumen de entrenamiento.
La cuestión es que el entrenamiento hasta el fallo muscular está bastante extendido como el mejor método para ganar fuerza y masa muscular. Con los típicos eslóganes americanos de no pain, no gain nos hacen llegar a pensar que tenemos que entrenar hasta reventar con el fin de conseguir mejores adaptaciones musculares.
Pero las evidencias científicas, apuntan hacia una dirección bien diferente, ya que entrenamientos mejor estructurados pueden servir para lograr mejores adaptaciones a nivel de fuerza. Especialmente, es poco efectivo entrenar al fallo muscular en sujetos poco entrenados, como demuestran determinados estudios. Pero es que tampoco, se muestra como una alternativa viable en veteranos, como podemos ver en este estudio.
Estudios realizados Izquierdo-Gabarren con atletas especializados en remo, se les hizo realizar un entrenamiento que incluía una combinación para mejorar la fuerza y resistencia a corto plazo donde se entrene la fuerza hasta el fallo muscular, viendo que no aportaba ninguna mejora en la fuerza máxima y potencia del tren superior. Pero el grupo con el cual se comparaba, que no entrenó hasta el fallo, y modularon la carga de trabajo sí que.
Se determinada, que el entrenamiento al fallo, nos perjudica en los siguientes puntos:
- Una fatiga muy elevada cuyas secuelas metabólicas, neuronales y energéticas, lo que provoca que no podamos recuperarnos de los niveles de tensión muscular, y que perdamos efectividad a la hora de realizar levantamientos en sucesivas series.
- Puede provocar que lleguemos a sobreentrenarnos con mayor facilidad.
- Entrenar sin llegar al fallo muscular el estrés global del entrenamiento reflejado a nivel hormonal se reduce, lo que se ve analizando el cortisol en reposo.
- Realizar series al fallo o muy cercano a éste se inducirán transformaciones en las fibras más rápidas y explosivas que evolucionarán hacia un tipo funcional más fuerte y resistente pero menos explosivo. Lo que para la fuerza, no interesa
- Produce niveles más bajos de testosterona en reposo, y aumenta la segregación de cortisol.
- Paralelamente, la mayor fatiga después de las sesiones que incluyen series al fallo podrían interferir con otros componentes importantes de acondicionamiento, como la práctica de las habilidades especificas del deporte y el entrenamiento de los movimientos relacionados.
Como podéis comprobar, y como he sostenido repetidas veces, el entrenamiento al fallo muscular no es la mejor opción a tener en cuenta a la hora de organizar un sistema eficiente. Por tanto, antes de entrenar hasta que nuestro cuerpo no aguante más, sabed que está demostrado que anda lejos de ser la mejor alternativa para conseguir mejoras físicas.
