Las grasas hidrogenadas son aquel tipo de grasa no naturales que son perjudiciales para su salud. Las grasas alimentarias se producen de forma natural en tres tipos generales:
- Saturadas: Mantequilla, manteca de cerdo, aceite de coco, grasa de la ternera
- Monoinsaturadas: Como el aceite de oliva o de canola
- Poliinsaturados. Aceites omega-6 como el de girasol o cártamo, o ácidos grasos omega-3 como los del pescado y el aceite de linaza
Grasas hidrogenadas – ¿Qué son?
La hidrogenación (o, más exactamente, «hidrogenación parcial», ya que el proceso es incompleto) es la adición química forzada de hidrógeno en ácidos grasos omega-6 (aceites poliinsaturados) para hacerlos más resistentes a la temperatura ambiente y fundamentalmente, para que sean un sustituto más barato con el que obtener más margen de beneficios.
Las grasas hidrogenadas que más se adulteran son el aceite de semilla de algodón, el de palma, el de soja, y los aceites de maíz. Aunque, teóricamente casi cualquier aceite poliinsaturado pueden ser potencialmente hidrogenado.
La estructura química de las grasas hidrogenadas está endurecida artificialmente aunque es, sin embargo, diferente de cualquiera tipo de grasa natural saturada o grasa natural líquida insaturada (como el aceite).
Las grasas saturadas tienen una forma molecular recta rígida, que tiende a «rigidizar» las estructuras del cuerpo de los alimentos en los que se incorpora, como los vasos sanguíneos. Por lo tanto, la asociación entre las grasas animales y las grasas hidrogenadas tienden a producir aterosclerosis o endurecimiento de las arterias.
Las grasas insaturadas tienen diversas formas: onduladas o en zigzag (conocidas como grasas «cis») que contribuyen a que las arterias sean más flexibles, así como otras estructuras del cuerpo. Las grasas hidrogenadas sin embargo, tienden a generar el efecto contrario, es decir tienden a obstaculizar su funcionamiento, haciendo que sea más complicado el flujo sanguíneo por todo el cuerpo.
Por esta razón, las grasas hidrogenadas son difíciles de procesar para que el cuerpo. Tienden aferrarse y ser metabolizadas de forma diferente a nuestro cuerpo, y no pueden ser incorporadas a las estructuras celulares, ni ser expulasdas de forma convencional.
Por lo tanto, las grasas hidrogenadas o grasas «trans» tienden a permanecer pegadas en las arterias y las venas, influyendo en la circulación de la sangre, oxidando más rápidamente la sangre que circula por dichos conductos, aumentando de manera significativa el riesgo de enfermedad cardiovascular y posiblemente también el de contraer diversos tipos de cáncer.
