El papel de la fuerza muscular en el ejercicio de las actividades de la vida diaria y la prevención de las enfermedades crónicas es cada vez más reconocido por las organizaciones de salud nacionales. Cada vez son más las evidencias de la relación existente entre masa muscular y salud, y no sólo a nivel institucional.
El ejercicio de resistencia aumenta la fuerza muscular y, a menudo se prescribe para los adultos mayores como una manera de mejorar su salud y estado físico. Un estudio que salió a finales del año pasado, identificó que la capacidad para levantarse del suelo sin ayuda fue una variable de riesgo de mortalidad entre hombres y mujeres de todas las edades. En otras palabras, cuanto más dificultad tiene un adulto para levantarse del suelo, más probable es que muera antes.
Es bien sabido que la capacidad aeróbica está fuertemente relacionada con la supervivencia, pero este estudio muestra también que el mantenimiento de altos niveles de flexibilidad corporal, la fuerza muscular, potencia en relación con el pesos y la coordinación no sólo son buenos para realizar las actividades diarias, sino que tienen incidencia sobre la esperanza de vida.
Otro estudio publicado en el British Medical Journal, apoya también la idea de que el ser más fuerte ayuda a vivir más tiempo. Este estudio siguió a una amplia muestra de los hombres durante un promedio de 20 años después de tomar las mediciones iniciales de su fuerza en ejercicios como en las sentadillas y el press de banca.
El estudio concluyó en que la masa muscular y salud tienen una peculiar relación. La fuerza se asocia inversa e independientemente con la muerte por todas las causas y el cáncer en los hombres, incluso después de dejar de practicar deporte, ya que el fortalecimiento de los órganos y tejidos los hace más resistentes a posibles afecciones sufridas.
La aptitud cardiovascular es un componente importante de la salud y la longevidad. No obstante, pocos estudios han examinado cómo la masa muscular y salud están fuertemente relacionados hasta tal punto que pueden prolongar los años de vida.
Podría ser posible que se pueda reducir la mortalidad promoviendo el entrenamiento de resistencia regular de la participación de los principales grupos musculares del cuerpo superior e inferior de dos o tres días a la semana. El entrenamiento de resistencia debe ser un complemento y no un reemplazo para el ejercicio aeróbico.
No hay edad para comenzar a hacer ejercicio. Poco importa si tenemos 20 o 57, lo importante es que por mucho que no nos guste realizar ejercicio físico, deberíamos tenerlo como una obligación semanal para cuidar la delicada maquinaria que es nuestro cuerpo.