No hay un macronutriente, que levante tantas suspicacias como la proteína. Hay una cantidad de mitos sobre la proteína muy elevados, de los cuales, hoy me dispongo a rebatir algunos de ellos. Con esto, no quiero deificar a la proteína, únicamente poner en cuestión algunas de las mentiras que se repiten sobre la misma.
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Mitos sobre la proteína – No es efectiva
Este es el peor generalización en la historia de la nutrición que nunca hemos oído. En primer lugar, hay miles de diferentes tipos de proteínas a nivel molecular. Se pone en cuestión la efectividad del consumo de proteínas, diciendo que no es tan efectiva como parece.
La proteína, al igual que cualquier otro macronutriente, cumple una serie de funciones vitales, en este caso, se encarga de funciones del ámbito estructural (mantenimiento del pelo, uñas y masa muscular). Negar esto, es atentar contra la lógica nutricional básica, y tomar sobre 20-30% de nuestras calorías procedentes de dicho nutriente, es necesario para cualquier persona.
Mitos sobre la proteína – Es mala para los riñones
Seguro que ésto os lo dicen mucho, y lo que es peor, gente que bebe alcohol con cierta habitualidad. El alcohol, es cien veces peor para los riñones y para el hígado que la proteína. De hecho, para que el consumo de proteínas pueda afectar a los riñones, el consumo tiene que ser absurdamente alto, del orden de tomar 500-600 gramos de proteína al día para una persona normal. Además, si consumimos mucha proteína, es adecuado beber agua para depurar los riñones.
Mitos sobre la proteína – Al ser cocinada, pierde su eficacia
Esto es rotundamente falso. A no ser que calcinemos un filete, la carne o cualquier producto cuando se cocina, no pierde sus propiedades. De hecho, por ejemplo, con el caso del huevo, para que pueda darnos todos sus beneficios, debe cocinarse. Tomar las claras crudas, de hecho, no es para nada efectivo.