Siempre que hablo de hacer un cambio de estilo de vida, como a la hora de perder peso, hay una implicación sobre los cambios que queremos hacer en nuestra conducta. Realmente queremos ver resultados sin antes mentalizarnos de lo duro que va a ser conseguirlo. Pero, en tal caso, ¿hasta qué punto influye la predisposición antes de comenzar una dieta para perder peso?
Siempre he creído que debemos estar dispuestos a hacer un cambio con el fin de perder peso, pero lo que los científicos han descubierto es que la buena voluntad no siempre es influyente en la cantidad de peso que perdemos. Suena sorprendente, ¿verdad?
En un estudio publicado en el New England Journal of Medicine, los expertos realizaron cuantiosas investigaciones para tratar de derribar algunos de los mitos acerca de la obesidad, en especial con el tema que estamos tratando en el artículo de hoy. Después de analizar detenidamente el tema en cinco ensayos sobre el tema de perder peso, con una muestra muy significativa de personas (casi 4.000 participantes), encontraron que las personas pierden peso en mayor o menor grado, independientemente de la preparación mental previa.
Las personas que voluntariamente eligen empezar con un programa para perder de peso no demuestran adelgazar significativamente más que aquellos que no parten con una motivación y mentalización menos férrea.
De todos modos, habría que analizar detalladamente cuáles fueron los indicadores utilizados para medir la predisposición. Lo que es cierto, es que en muchas ocasiones, las falsas intenciones o pretextos y excusas que nos decimos a nosotros mismos para intentar perder peso, acaban influyendo poco o nada.
El hecho es que podemos empezar a hacer ejercicio o cambiar nuestra dieta, sin tener una motivación previa fuerte y gracias a la disciplina interna y ganas de conseguir el objetivo, podemos perder peso rápidamente. No obstante, si esa predisposición previa es sincera y férrea, estoy convencido de que es una variable que entra en juego, pero para ello habría que realizar un estudio mucho más minucioso de los que se realizaron en dicha Universidad, pues las herramientas para detectar el efecto de deseabilidad social en tests y encuestas no se incorporaron en dichos ensayos, que son algo antiguos ya.
¿Qué pensáis vosotros? ¿Qué la predisposición previa influye, sí o no?