Llegamos ya a las etapas críticas de las Navidades, siendo las fechas más señaladas en las que más nos pasamos a la hora de comer. Son días especiales que estamos en familia y que solemos comer de todo, sin guardar un mínimo de control sobre lo que estamos comiendo. Y la verdad, es que no está mal que una vez al año acumulemos varios días especialmente negativos para nuestra dieta.
Pero de ahí, a que nos comamos todo lo que se mueva, hay un paso. Y es bueno, porque luego nos volveremos locos cuando tratemos de conseguir desprendernos de los kilos obtenidos durante estas fechas. Mi consejo especial para las comidas es señaladas,como Nochebuena y Navidad, es que aboguemos por el control calórico total, es decir, que en primer lugar procuremos controlar las calorías ingeridas durante las comidas principales, y posteriormente, que tratemos de reducir durante el día o antes de las comidas fuertes las calorías consumidas.
Por ejemplo, si sabemos que la cena de Nochebuena va a ser muy copiosa, es adecuado que controlemos lo que vamos a comer en el desayuno y en la comida, yendo a la baja. Ésto, nos permitirá ajustar el número total de calorías, que aunque en total vayan a ser más elevadas que un día normal vamos a controlar un poco el exceso.
Adicionalmente, si optamos por postres que sean proteicos y comidas sanas durante la cena, mucho mejor, dado que vamos a comer calorías de buena calidad y en menor cantidad total, ya que si nos detenemos a contemplar la diferencia de calorías que puede existir entre un postre casero realizado por nosotros y uno industrial es bastante significativa.
Si queréis una alternativa en modo de postre, os sugiero la siguiente receta:
Por lo que, por último, os hago una llamada a la sensatez antes de atiborrarnos sin conocimiento durante las Navidades.