En lo que respecta a las posturas de yoga más reconocidas, la postura del árbol (Vrksasana) se encuentra cerca del tope de la lista. ¿Por qué? Bueno, porque esta postura de equilibrio se puede modificar para prácticamente cualquier nivel de experiencia y es una forma sencilla de incorporar una gran cantidad de beneficios a tu práctica. ¿Mejor estabilidad? Listo. ¿Mejor concentración? La postura del árbol lo tiene todo cubierto.
Echemos un vistazo a esta asana de pie y analicemos por qué deberías considerar realizarla la próxima vez que pises tu esterilla.
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¿Qué es la postura del árbol (Vrksasana)?
La postura del árbol es una postura de yoga de pie que pone a prueba el equilibrio, la estabilidad y la concentración de una sola vez. En esta asana, presionas la planta de un pie contra la parte interna de la pierna de apoyo y llevas los brazos por encima de ti, creando la forma de un árbol. Por lo general, los instructores indican la postura del árbol, junto con otras posturas de pie, en medio de una secuencia de yoga una vez que ya has calentado los músculos. Además, es más fácil concentrarse en ese punto, ya que ya has estado prestando atención a tu respiración. Sin embargo, esa no es una regla estricta y la postura del árbol puede aparecer al comienzo de una clase.
Personalmente, creo que la belleza de la postura del árbol es que se puede hacer en cualquier parte de una secuencia o incluso como una postura independiente cuando se necesita encontrar algo de quietud, equilibrio o concentración. No es necesario calentar demasiado antes de hacer esta postura, aunque se necesita cierta flexibilidad en la cadera de la pierna que se abre. Me gusta hacer algunos saludos al sol antes de una postura de equilibrio de pie como la del árbol, pero también se puede incluir la postura en una secuencia de calentamiento.
Los beneficios de la postura del árbol
Al igual que otras posturas de equilibrio, la postura del árbol beneficia el cuerpo y la mente. A medida que te acostumbras a pararte sobre una pierna, fortaleces tu salud emocional tanto como tus músculos y articulaciones. La postura del árbol ayuda a concentrarse y a mantener la estabilidad. Fortalece el centro del cuerpo, las piernas, los tobillos y los pies, y también ayuda a alargar la columna y abrir las caderas. Eso puede ayudarnos a sentirnos más centrados y con los pies en la tierra.
Cómo hacer la postura del árbol
A continuación encontrará instrucciones paso a paso sobre cómo practicar la postura del árbol, que implica concentrarse en la respiración y el equilibrio.
- Ponte de pie con los pies juntos y las rodillas ligeramente flexionadas. Lleva las manos a las caderas o junta las palmas de las manos en posición de oración frente al corazón.
- Desplaza el peso hacia el pie derecho y levanta el pie izquierdo del suelo. Dobla la rodilla izquierda y ábrela hacia el lado izquierdo.
- Coloque la planta del pie izquierdo sobre el tobillo, la pantorrilla o la parte superior del muslo derechos. Haga lo que haga, evite apoyar el pie sobre la rodilla.
- Concéntrese en un solo objeto o espacio frente a usted. Mantener la mirada fija puede ayudarle a mantener el equilibrio y mantener la postura del árbol durante un período de tiempo más prolongado.
Para aumentar el desafío del equilibrio, levanta los brazos. Si sientes que estás a punto de caer, contrae suavemente los músculos centrales para centrar el peso. Sin embargo, si pierdes el equilibrio, no hay problema. Simplemente vuelve a la postura con cuidado.
Mantén la postura durante cinco respiraciones antes de cambiar de lado.
¿Por qué es tan difícil la postura del árbol?
La postura del árbol puede no requerir que te gires demasiado ni te pongas boca abajo , pero eso no significa que no requiera esfuerzo. Para empezar, muchos de nosotros podemos mantener el equilibrio de un lado mejor que del otro, por lo que esta postura puede resaltar los desequilibrios. Y si eres una persona a la que le cuesta permanecer de pie durante períodos prolongados, la postura del árbol puede desafiarte a reducir la velocidad y concentrarte en tu concentración.
