El entrenamiento concurrente, es una metodología que está cobrando cada vez más importancia. Básicamente, se entiende por él, un sistema de ejercicios basado en trabajar de forma conjunta la fuerza y de la resistencia. Diferentes hipótesis, consideran que este tipo de entrenamiento parece inhibir el desarrollo de la fuerza, cuando únicamente se le compara con el sistema de fuerza…pero, ¿es realmente así? Lo que es cierto, es que de manera global, será un método muy válido y útil para ayudarnos a mejorar a la vez diferentes áreas.
Comprendiendo mejor el entrenamiento concurrente
Para empezar, todavía no se ha estudiado con la suficiente profundidad este tipo de entrenamiento. No se saben, a ciencia cierta cuáles son aquellos mecanismos que provocan la inhibición.
Los estudios que se han realizado en materia del entrenamiento concurrente, presentan diferentes complicaciones. Para empezar, que al compararlo con muestras muy diferentes, dificulta bastante extrapolar cualquier tipo de conclusión. Pero, hay dos hipótesis que se encargan de analizar el entrenamiento concurrente, y ver su efectividad real.
- Hipótesis crónica: Indica que el músculo esquelético no puede adaptarse metabólicamente o morfológicamente simultáneamente a ambas disciplinas deportivas. La razón es, que las adaptaciones a nivel muscular en respuesta al entrenamiento de la fuerza son diferentes de aquellas observadas después del entrenamiento de la resistencia.
- Hipótesis aguda: Defiende que la fatiga a partir del componente de resistencia afecta a nuestra capacidad para desarrollar la tensión durante el elemento de fuerza del entrenamiento concurrente. Es decir, el trabajo más intenso de resistencia, conlleva a una reducción en el desarrollo de la fuerza con el tiempo. Los factores son: fatiga muscular afectando al daño muscular, y agota las reservas de glucógeno.
Diferentes estudios, han analizado los efectos del entrenamiento concurrente. Los más relevantes son, Hickson RC (1980). Interference of strength development by simultaneously training for strength and endurance. Eur J Appl Physiol; 45: 255-63 y Kraemer WJ, Patton JF, Gordon SE, et al (1995). Compatibility of high-intensity strength and endurance training on hormonal and skeletal muscle adaptations. J Appl Physiol; 78:976-89. Ambos, se centran en la inferencia del entrenamiento de resistencia en el de fuerza, en comparación con metodologías puras. Es decir, el entrenamiento concurrente, no podría competir a la hora de ganar fuerza con un sistema puro de fuerza como una Bill Starr 5×5.
Pero, si analizamos el entrenamiento concurrente con el de resistencia puto, ocurre parecido. Las ganancias en el consumo de oxígeno o VO2máx, se ven comprometidas. Aunque, no todas las investigaciones apuntan en la misma dirección, ya que hay en algunos como McCarthy JP, Agre JC, Graf BK, et al (1995). Compatibility of adaptive responses with combining strength and endurance training. Med Sci Sports Exerc; 27: 429-36 que no se muestra que el entrenamiento concurrente produzca interferencia alguna.
Conclusiones
Aunque la evidencia apunte, a que el entrenamiento concurrente afecta al rendimiento de cada una de las áreas, no está del todo claro. Es complejo, por lo tanto, realizar afirmaciones claras ya que no se han analizado, ni definido bien las causas por las cuales tales inhibiciones se explican.
El entrenamiento concurrente, aunque es una buena alternativa para mezclar diferentes metodologías, tiene ciertas limitaciones. No es, ni tan efectivo para ganar fuerza como un entrenamiento especializado en esta área, ni tan bueno para ganar resistencia como una rutina especializada. Es normal, ya que al hacer un programa de ejercicios híbrido, se pierde cierta efectividad.
Pero, se pronto para evaluar la efectividad real del entrenamiento concurrente. Y es que, dependen tantas variables, que es complicado ver la incidencia de un entrenamiento concurrente más orientado a la fuerza o a la resistencia. ¿Sería perjudicial andar varias horas al día a diferentes ritmos con el entrenamiento de fuerza? Podría ser, pero lo que es claro, es que no es el mismo caso que hacer HIIT y fuerza a la vez. De ahí, que todavía debemos ser cautos a la hora de sacar cualquier tipo de conclusión.