Llevar una correcta alimentación, es uno de los principales objetivos de todos nosotros, y es la razón por la cual se suele elegir alimentos de gran calidad para nuestro cuerpo. Para escoger una buena dieta, nos centramos básicamente en los nutrientes que nos va a proporcionar cada tipo de alimento. Pese a ésto, existen una serie de sustancias que no solemos manejar a la hora de alimentarnos, y que juegan un papel más importante de lo que pensamos.
Las dioxinas, son contaminantes ambientales que forman parte de los grupos de compuestos químicos dañinos, que se encuentran en alimentos de origen animal. Son compuestos químicos que se producen a partir de procesos de combustión que implican al cloro. El término se aplica indistintamente a las policlorodibenzofuranos y las policlorodibenzodioxinas. Por lo general, suelen aparecer cuando los animales se exponen a fuentes de dioxionas que logran contaminarlo, pudiendo transmitirse al humano cuando a dicho animal nos lo comemos.
Habitualmente, se acumulan en la grasa de los animales, y pasan a nuestro cuerpo a través de la digestión. Una exposición continuada a ellas puede traer consigo problemas, dado a que está demostrado que pueden causar diferentes tipos de cáncer en el ser humano, pues al fin y al cabo se trata de sustancias tóxicas. Estas sustancias se acumulan en el organismo y pueden permanecer ahí entre siete y once años. En el caso de exposiciones menos prolongadas los efectos pueden ser simplemente trastornos cutáneos o malestar que al cabo de un tiempo acabará remitiendo.
Las dioxinas se crean principalmente en procesos de combustión artificiales o naturales, como los incendios. Aunque la mayor concentración de dioxinas se encuentra en el almacenamiento de aceites de combustión, herbicidas y demás sustancias que han sufrido una alteración de su estructura a través de un proceso de combustión.
En el caso del ser humano, la principal manera de obtener dioxinas es a través de los alimentos de origen animal, concretamente a través de su grasa, por lo que al consumir carne, productos lácteos, pescados y mariscos corremos el riesgo de contaminarnos mediante la ingesta de dioxinas.
Aunque los organismos que se encargan de proteger los protocolos alimenticios evitarán que nuestra exposición a las dioxinas sean mínimas, es importante que tomemos conciencia sobre los potenciales problemas que nos pueden provocar. Para evitar que nos ocurra, procurar analizar la procedencia del alimento, para contemplar la posibilidad de que haya podido ser contaminado.
