Beber agua en poca cantidad, sabemos que no es nada positivo para nuestra salud. La deshidratación es un problema que puede afectar a nuestro organismo de muchas maneras diferentes, como a la hora de provocarnos daños a nivel cardíaco y a nivel renal.
Pero, beber agua en exceso, tampoco es nada positivo para nuestra salud. Y es que, en los últimos tiempos, han aparecido gente que no para de beber agua, ante el potencial miedo de deshidratarse. Pero, como ocurre con todo, ningún exceso es positivo.
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La sed: Un buen indicador
La cantidad de personas que beben más agua de la necesaria, es menor a nivel comparativo con la que bebe poco. Cabe matizar este punto, ya que no es baladí hacer hincapié en este aspecto, a modo de contextualizar el tema. No es cierto que consumir más agua de la recomendada sea útil a la hora de adelgazar o para mejorar nuestra salud, ni hay unos litros de agua que se deban beber de manera genérica: la sed es un buen indicador para saberlo.
De hecho, la sed, aunque es un mecanismo que se activa cuando se necesita agua de manera más o menos urgente, es adecuado para permitir al ser humano sobrevivir. Durante miles de años, la especie humana, ha sido capaz de evolucionar gracias al indicador de la sed, que es el que nos marca cuándo necesitamos incorporar agua a nuestro organismo.
Ahora. sin embargo, pensamos que bebemos gracias a las recomendaciones que se nos dan a la hora de litros de agua diarios que debemos beber. Pero, debería ser una cuestión natural, y más humana de lo que parece. No nos tenemos que obsesionar con la cantidad de agua que bebemos al día.
Y el problema de la sobrehidratación, no es tanto a nivel metabólico, como sí a la hora de tener problemas a nivel cardiovascular.
No es cuestión de contar los vasos de agua
En base a un estudio realizado en la Universidad de Monash, se ha demostrado que nuestro cerebro tiene una serie de protocolos de defensa, que empiezan a operar cuando se consume más líquido del necesario. Las pruebas que se realizaron en los sujetos que participaron en el estudio, analizaron que cuando se consumía una cantidad muy elevada de líquido, se producía una hiperactividad prefrontal a la hora de tragar cualquier cosa.
Básicamente, lo que ocasiona ésto, es que cueste mucho más tragar, ya que la garganta se cierra. Es decir, el cuerpo, nos está enviando señales para que no continuemos bebiendo más agua. Y es que, se han dado casos de atletas de alto rendimiento que han muerto a consecuencia de la sobrehidratación.
Los extremos, no son buenos
Los primeros casos de fallecimientos por causa de sobrehidratación, se produjo en los años 80, en una prueba de maratón en la cual diferentes atletas se hidrataron de manera constante durante varias horas. La sobrehidratación, se encarga de producirnos un desequilibrio hidroelectrolítico, incrementando a su vez la presión intracraneal. Ésto, lo que nos ocasionará será que podamos sufrir una serie de dolencias, ya que vamos a ver algunos de los síntomas de la sobrehidratación:
- Vómito
- Coma
- Cefaleas
De todos modos, se puede detectar a tiempo, y es importante que se tome una solución salina con el fin de que nuestro cuerpo se reajuste.
Si se detecta a tiempo, se puede corregir administrando una solución salina hasta que se recupere el equilibrio. Así que, en caso de que veamos que aparecen algunos de estos síntomas en personas que están hidratándose muy por encima de lo normal, no dudéis en actuar.
De todos modos, para que se produzca sobrehidratación en nuestro organismo, la cantidad de líquido ingerido debe ser tremendamente significativa. No basta con beber mucha agua, sino que tenemos que saturar a nuestro cuerpo de agua. Así que, no os preocpéis por beber un poco más de agua de lo normal, que tampoco acabará ocasionando problemas especialmente severos.